martes, 2 de diciembre de 2014

CARACTERISTICAS

De ambas menciones se pueden extraer algunas características de la bachata antigua: conjugaba música, canto y baile; el bolero era inicialmente el género predominante, pero se trataba de un bolero rítmico, antillano, puesto que era bailable, lo cual a su vez significa que participaban hombres y mujeres; y era frecuente el consumo de ron.
Según los investigadores, este género era un complejo socio-musical del cual fundiendo  ritmos, melodías e instrumentos y adaptándolos al ambiente nativo, nació posteriormente un modo musical e interpretativo de aspecto autóctono, que dio al traste con el género musical de la bachata.
Es preciso señalar que en aquellos años se diferenciaban los términos fiesta, baile y bachata, como puntualizaba Ramón Emilio Jiménez, ya en 1955.
Se entendía, comúnmente, que las tres eran celebraciones diferentes: se consideraba baile las que tenían lugar en salones de lujo, donde primaban las danzas selectas de la época, cuya realización se hacía con orquesta; a su vez, las fiestas eran las celebraciones con güira, tambora y acordeón, o sea, donde la música predominante era el merengue, el zapateo y otros ritmos folklóricos similares.
Las bachatas eran específicamente las celebraciones que se hacían con guitarras, bongó, palitos o cucharas, y otros instrumentos afines, y donde se bailaba predominantemente boleros y guarachas, pero también se entonaba son, ranchera y merengue con guitarra.
Pacini Hernández define la bachata como una música popular dominicana autóctona, que emerge en 1961, teniendo como base las músicas latinoamericanas tocadas con guitarra, como bolero, ranchera y son.
Indica, además, que el típico conjunto de bachatas se compone de dos guitarras, maracas -sustituidas recientemente por la güira- y el bongó -sustituido ocasionalmente por la tumbadora-.
En tal celebración los instrumentos eran ejecutados por músicos generalmente improvisados y aislados en su medio, lo cual le imprimía a los ritmos que servían al baile las motivaciones propias de aquél universo marginal.
En una sociedad predominantemente rural como la de entonces, podía ser la enramada rústica o la sombra de un árbol, y en la ciudad, el parque o el patio de una vivienda. De esa manera, la bachata se extendió lentamente

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